Consiste en llevar a una persona que se halle en determinadas condiciones al sitio requerido por las especiales circunstancias que motivan la intervención policial; las personas, según el suceso de que se trate, pueden ser conducidas a su propia casa, a una clínica, a un hospital o a una estación de policía, o a cualquier otro lugar que corresponda.
La conducción se diferencia de la captura, en que ésta implica la pérdida de la libertad
por razones de investigación de un delito, mientras que aquella, tiene lugar a manera
de auxilio a la persona sin que medie propiamente un problema de la libertad o
problema con la Fuerza Pública.
Mientras la captura procede con orden escrita de autoridad judicial competente o por
razones de flagrancia, la conducción solo requiere que exista la necesidad para
proteger o auxiliar a una persona. Se conduce a un herido o a un niño abandonado y
se captura al sindicado de un delito.
miércoles, 26 de noviembre de 2008
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